Savater asocia la enseñanza a la sociedad y al tiempo. Nos dice que no somos únicos si no que cuando queremos aprender algo ya hay otras personas que se nos han adelantado y ya tienen esos conocimientos. Por lo tanto la enseñanza esta ligada intrínsecamente al tiempo ya que el aprendizaje implica una conciencia temporal. Gran parte de los grupos humanos primitivos carecieron de instituciones educativas específicas y todavía muchas enseñanzas se transmiten así en nuestros días, aun en las sociedades más desarrolladas. Savater va haciendo una reflexión a lo largo de la historia sobre la enseñanza, las instituciones y la relación entre ambas. Después afirma que la propia habilidad de aprender es una capacidad abierta, necesaria y humana. Y que cualquier plan de enseñanza bien diseñado ha de considerar prioritario este saber que nunca acaba y que posibilita todos los demás. La capacidad de aprender esta hecha de muchas preguntas y respuestas.
Las obras que recibimos de manera indirecta a través de los ejemplos de generaciones superiores a nosotros es educación indirecta, es decir, que el ser humano tiene la capacidad de aprender con solo ver y que estos aprendizajes influyen en nuestra vida cotidiana. No todo puede aprenderse en casa o en la calle, se enseña en todas partes; algunas de modo espontáneo y otras con formalidad. Esto no quiere decir que no sea importante tener una educación formal, guiada por profesores capacitados para dar al individuo una formación con conocimientos abstractos para que el ser humano tenga una mejor educación.
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